MALAGA (Spain) - Ni siquiera las lluvias torrenciales pueden empañar el ánimo de los recién coronados campeones -y de su amplia base de aficionados- cuando cumplen el sueño colectivo de una ciudad que sea un punto de encuentro del baloncesto europeo.

Esa es realmente la última conclusión de la Final Four de Basketball Champions 2024, aunque no nos enteramos en la capital serbia sino en otra ciudad amante del baloncesto, a unos tres mil kilómetros de distancia.

La tarde del lunes, y a pesar de las adversas condiciones meteorológicas, la capital de la Costa del Sol, Málaga, recibió con una bienvenida heroica a los jugadores y plantilla del Unicaja, tras su triunfo en la Final Four de Belgrado.

El equipo subió a un autobús decorado a medida y desfiló por las calles de la ciudad, llenas de aficionados que esperaban pacientemente bajo la lluvia, hasta el centro de la misma.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el jefe de la Diputación de Andalucía, Francisco Salado, que acompañó al equipo en Belgrado y fue uno de los primeros en felicitarles durante la ceremonia de entrega de trofeos el domingo por la noche, recibieron en el ayuntamiento a la delegación del Unicaja, junto a Francisco Salado, presidente del Diputación provincial de la Junta de Andalucía.

A continuación, el equipo ofreció el trofeo a su afición desde el balcón del ayuntamiento, con la participación del presidente Antonio Jesús López Nieto, el entrenador Ibon Navarro, el capitán Alberto Díaz y... el habitual maestro de ceremonias Dylan Osetkowski.

Las festividades del lunes por la noche siguieron a una espectacular recepción en el aeropuerto de Málaga en las primeras horas de la mañana del lunes, cuando el vuelo chárter de Unicaja aterrizó de regreso a casa con el hermoso y puntiagudo trofeo BCL como última incorporación al registro de pasajeros del avión.